Puno enfrenta una grave crisis por inundaciones, pero 15 distritos críticos quedaron excluidos de la declaratoria de emergencia debido a fallas en el llenado del Sistema de Información Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (SINPAD). John Ccama Lipa, jefe de la Oficina Regional de Gestión del Riesgo de Desastres y Seguridad, explicó que la falta de información precisa impidió que estas zonas accedan a recursos vitales otorgados por el gobierno central.
Las provincias más afectadas, como Sandia y Azángaro, han reportado daños significativos en cultivos, viviendas e infraestructura. Sin embargo, sus solicitudes de ayuda no fueron procesadas correctamente debido a errores en el sistema. Ccama Lipa señaló que, aunque las lluvias han disminuido en los últimos días, la región permanece en alerta ante posibles nuevos eventos climáticos que podrían agravar la situación.
El jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres explicó que el gobierno central no actualizó adecuadamente el SINPAD, lo que generó exclusiones en la declaratoria de emergencia. “Hemos tenido desidia por parte del gobierno central”, afirmó Ccama Lipa, destacando que 15 distritos y provincias no recibieron la atención ministerial necesaria para enfrentar la emergencia.
A pesar de los esfuerzos regionales, la falta de coordinación con Lima ha dejado a comunidades vulnerables sin apoyo. Ccama Lipa insistió en que la actualización del SINPAD es crucial para acceder a recursos y planes de contingencia efectivos. Sin esta herramienta, las autoridades locales no pueden gestionar adecuadamente la ayuda para las zonas afectadas.
Aunque las precipitaciones han disminuido, se mantienen monitoreos constantes en distritos y provincias. Ccama Lipa advirtió que la temporada de lluvias no ha terminado, y cualquier nuevo evento climático podría agravar la situación en zonas ya afectadas. La región debe estar preparada para enfrentar posibles desbordes de ríos y deslizamientos de tierra.
La exclusión de estos distritos en la declaratoria de emergencia refleja un problema sistémico que requiere atención inmediata. Mientras tanto, las comunidades afectadas esperan respuestas concretas para enfrentar los desafíos que las inundaciones continúan generando, como la pérdida de cultivos, daños en viviendas y la falta de acceso a servicios básicos.