Los planes de gobierno en Perú se quedan solo en promesas incumplidas por falta de conocimiento técnico, sostiene el sociólogo Jorge Luis Huanca Chipana, quien señala que las autoridades electas suelen ignorar los planes que presentan, dejando al país sin una dirección clara y afectando directamente a la población.
Los políticos peruanos carecen de una base técnica sólida para gobernar, explica Huanca Chipana, quien señala que esta carencia provoca una desconexión entre lo que prometen en campaña y lo que realmente ejecutan una vez en el poder.
Las instituciones del Estado trabajan de forma aislada, indica el profesional, al destacar que la falta de coordinación efectiva entre ellas impide abordar los problemas del país de manera integral y coherente.
El sociólogo Huanca Chipana sostiene que el Estado peruano necesita una reforma profunda, pues las estructuras actuales no logran representar ni sancionar de manera efectiva, lo que genera un vacío de poder que afecta la gobernabilidad.
Es fundamental distinguir entre la descripción y el análisis de la población, aclara Huanca Chipana, quien explica que no basta con tener datos, sino que es crucial interpretarlos y proyectarlos para una planificación adecuada y realista.
Además, pone en evidencia que la gestión de la información es deficiente, ya que las autoridades a menudo copian datos sin realizar un análisis que permita tomar decisiones informadas sobre el futuro del país.
Momentos históricos como la peste negra y la conquista marcaron la demografía mundial, recuerda Huanca Chipana, para subrayar la importancia de analizar y cuantificar los datos poblacionales y entender sus impactos en el desarrollo social.
Las formas tradicionales de medir la pobreza son limitadas, afirma Jorge Luis Huanca Chipana, quien señala que se requieren enfoques más amplios que consideren múltiples dimensiones para comprender la complejidad de este problema social.
Según Huanca Chipana, las políticas contra la pobreza en Perú carecen de objetivos claros a largo plazo, pues los indicadores actuales solo miden la entrega de productos sin evaluar el impacto real en la población, lo que dificulta mejorar la calidad de vida.


