El mal sabor del sulfato ferroso y el oscurecimiento dental que provoca mantienen altos los índices de anemia infantil en Puno, un equipo del Ministerio de Salud llegó desde Lima para revisar nuevas estrategias que se adapten mejor a la realidad regional y mejoren resultados.
Yuri Alegría Palomino, director ejecutivo nacional de Promoción de la Salud del Minsa, señaló que la baja adherencia al tratamiento constituye la principal causa por la que las cifras no disminuyen en niños menores de cinco años, pese a campañas y compromisos asumidos desde el sector.
El funcionario explicó que muchos menores rechazan el sulfato ferroso por su sabor desagradable, mientras varias madres deciden suspender el suplemento al notar manchas oscuras en los dientes de sus hijos, lo que termina afectando la eficacia del protocolo médico oficial vigente.
La delegación ministerial arribó a la región para supervisar el cumplimiento del compromiso número uno del Minsa, referido a la lucha prioritaria contra la anemia infantil, y discutirá con autoridades locales la aplicación de estrategias que consideren factores culturales y geográficos del altiplano.
Alegría Palomino indicó que las provincias con mayor prevalencia coinciden con zonas donde existe menor uso del suplemento, un problema vinculado a costumbres y percepciones sociales que aún no han internalizado los riesgos de una enfermedad que limita el crecimiento infantil.
El director agregó que las condiciones culturales se convierten en determinantes de la resistencia al tratamiento, pues gran parte de la población no conoce las consecuencias que la anemia puede dejar sobre el desarrollo físico y cognitivo de los menores afectados en su primera infancia.
La implementación de alternativas de tratamiento que resulten más aceptadas en la población y que respondan a las características geográficas de Puno forma parte de las nuevas acciones del ministerio, siempre con la premisa de respetar costumbres locales y asegurar la eficacia médica.
Alegría concluyó que las secuelas de la anemia infantil justifican con urgencia un cambio en la estrategia aplicada, advirtió que solo un tratamiento completo podrá garantizar un desarrollo adecuado en los niños menores de cinco años y evitar consecuencias permanentes en su salud futura.