En un avance significativo, científicos de Stanford han descubierto una nueva pieza clave del rompecabezas de la enfermedad de Alzheimer. Su estudio reveló que el gen APOE4, conocido por aumentar drásticamente el riesgo de desarrollar esta devastadora condición, está vinculado a la acumulación de burbujas grasas dañinas en las células inmunitarias del cerebro conocidas como microglía.
Estos hallazgos arrojan luz sobre el misterio de por qué APOE4, apodado “el gen del olvido”, representa un factor de riesgo tan importante para el Alzheimer. Las personas con esta variante genética mostraron niveles mucho más altos de una enzima que genera las burbujas grasas o “gotas lipídicas” en su microglía, en comparación con quienes tenían la variante neutral APOE3.
Lo más preocupante es que estas burbujas grasas no se limitaban a la microglía. Los investigadores descubrieron que las secreciones de la microglía cargada de gotas lipídicas dañaban gravemente a las neuronas cercanas, induciendo la formación de proteínas tóxicas como tau, una marca distintiva del Alzheimer. En ratones, mayores niveles de estas burbujas se correlacionaron con un deterioro cognitivo más severo.
“Nuestros hallazgos sugieren un vínculo entre los factores de riesgo genéticos para la enfermedad de Alzheimer y la acumulación de gotas de lípidos en la microglía, potencialmente proporcionando estrategias terapéuticas para la enfermedad”, explicó el equipo de investigadores en su artículo publicado en Nature.
Esta revelación abre una nueva avenida en la búsqueda de tratamientos contra el Alzheimer. Inhibir la enzima que crea las gotas de lípidos o activar los mecanismos celulares para eliminarlas podrían ser estrategias prometedoras. Además, los científicos planean explorar si la variante genética protectora APOE2 puede impedir la acumulación de estas burbujas grasas dañinas, preservando así la memoria y la cognición