La producción de quinua en Puno cayó entre un 30 y 40 por ciento este año, lo que afecta directamente a cientos de familias que dependen de este cultivo, la región enfrenta un escenario complicado y los precios del grano ya muestran señales de aumento.
Moisés Baltazar, ingeniero responsable del proyecto Pro Quinua, explicó que la demanda de quinua se mantiene, pero la cosecha resultó mucho menor en comparación con años anteriores, lo que genera preocupación entre los productores locales.
El especialista resaltó que la falta de innovación y la escasez de profesionales en el sector limitan el desarrollo de productos con valor agregado, muchos jóvenes capacitados buscan oportunidades en otros rubros, lo que debilita la cadena productiva.
Baltazar sostuvo que los agricultores que lograron cosechar en esta campaña se verán beneficiados por los precios más altos, sin embargo, la quinua sigue siendo vulnerable a los cambios de clima y a otras condiciones difíciles de controlar en la región.
El ingeniero informó que actualmente trabajan con 23 organizaciones que agrupan a 1,451 productores en toda la región, la quinua orgánica se destina principalmente a mercados internacionales, mientras que la convencional abastece el mercado interno.
El reto para Puno es impulsar la productividad y aprovechar mejor la tecnología disponible, la región necesita sumar innovación y fortalecer el capital humano para asegurar un futuro sostenible para la quinua y sus productores.