Felipe Gálvez, miembro del Comité de Lucha del Sindicato Único de Trabajadores Administrativos de la Universidad Nacional del Altiplano, expresó su descontento frente al comunicado emitido por el Rector, calificándolo de falso y demagógico. Según Gálvez, las medidas de apoyo a los trabajadores administrativos han sido insuficientes y discriminatorias, a pesar de las declaraciones del Rector.
Durante el Día del Padre del año pasado, mientras los docentes recibieron camisas de marca, los trabajadores administrativos recibieron camisas sin marca alguna. Esta diferencia en el trato se ha extendido a otros aspectos, como la entrega de telas para uniformes institucionales, donde nuevamente los docentes fueron favorecidos.
Gálvez también denunció que el reclamo por el incremento del bono de altura, que ha sido asignado a los docentes sin demora, no ha sido atendido para los trabajadores administrativos desde noviembre del año pasado. Este bono, que debería beneficiar a todos los trabajadores por igual, será efectivo recién en enero de 2025, lo que agrava la situación de discriminación.
La autoridad universitaria, según Gálvez, ha mostrado una actitud demagógica al prometer beneficios que luego no se cumplen. En una reunión previa, el Rector se comprometió a atender otros pedidos, incluso manifestando la intención de pagar horas extras, lo cual legalmente no procede, generando falsas expectativas entre los trabajadores.
El día de la protesta, se esperaba la presencia de Ariel Cárdenas, Vicerrector de Investigación y encargado de la Mesa de Negociación del Pacto Colectivo. Sin embargo, ninguna autoridad se presentó para atender las demandas de los trabajadores, aumentando la frustración y el sentimiento de abandono entre ellos.
Los trabajadores administrativos han expresado estar cansados de promesas vacías y la falta de acción concreta. Esta situación los ha llevado a tomar medidas de fuerza, conscientes del perjuicio que esto puede causar a los estudiantes, pero buscando una solución definitiva a sus problemas.
La disposición al diálogo por parte de los trabajadores es clara, pero exigen respuestas y acciones inmediatas. La toma de la Universidad y el Centro de Educación Popular es una medida que refleja su desesperación ante la falta de atención de las autoridades.
Gálvez resaltó la necesidad de que las promesas sean cumplidas y que se reconozcan los derechos de los trabajadores administrativos. La falta de cumplimiento de los acuerdos previamente establecidos solo ha incrementado la desconfianza hacia las autoridades universitarias.