Un reporte del Órgano de Control Institucional de Azángaro reveló que Winy Magaly Quispe Luque ejercía funciones en la recepción de documentos municipales sin contrato laboral ni vínculo formal con la entidad, situación que el alcalde Salvador Apaza desconoce completamente.
«No estoy a cargo del personal», manifestó Apaza cuando fue consultado sobre la presencia irregular de esta trabajadora, delegando toda responsabilidad al área de Recursos Humanos mientras justificaba que en la gestión pública «a veces se ve de todo».
El burgomaestre solicitó informes al departamento correspondiente, pero admite no haber recibido respuesta, complicando su posición frente a este caso que se suma a otras denuncias previas por irregularidades administrativas en su gestión municipal.
La situación evidencia graves fallas en los controles internos del municipio, pues la persona cuestionada manipulaba documentación oficial sin ninguna autorización formal, poniendo en riesgo la seguridad de toda la institución.
El informe 026 publicado el 15 de abril también detectó que una denuncia ciudadana dirigida al OCI fue recibida incorrectamente por la oficina de Atención al Ciudadano, vulnerando protocolos de confidencialidad esenciales para proteger al denunciante.
Esta segunda irregularidad afecta directamente la confianza ciudadana, pues compromete la reserva de identidad y contenido de las denuncias, elementos fundamentales para garantizar transparencia en las investigaciones contra funcionarios municipales de Azángaro.