La salud pública en Perú enfrenta una crisis profunda que impacta directamente la vida y el bienestar de la población, según el experto en salud pública, Omar Neyra. La situación es alarmante; las personas continúan enfrentando dificultades para acceder a servicios de salud básicos, lo que provoca que muchas enfermedades se compliquen y en el peor de los casos terminen en muertes evitables.
Neyra subraya que la crisis no se debe a la falta de presupuesto, sino a la ineficiencia en la gestión de los recursos y a la falta de infraestructura adecuada en los niveles primario y secundario de atención. “La salud no espera”, dijo Neyra en una entrevista en el programa Valgan Verdades de Pachamama Radio, y es por ello que es fundamental que los tomadores de decisiones prioricen la salud y la educación en el país. “Un país que aspira a un mínimo estándar de calidad de vida debe asegurar que su población tenga acceso a estos servicios básicos”, añadió.
El experto destaca que el impacto de esta crisis no es abstracto; afecta directamente a las personas cuando necesitan medicamentos, o cuando requieren una cirugía que el sistema de salud pública no puede proporcionar, obligándolos a recurrir a rifas y colectas para costear sus tratamientos. Neyra menciona que, según estimaciones, el 40% de la población tendrá en algún momento una necesidad urgente de atención médica, pero el Estado no está garantizando el acceso necesario.
Uno de los ejemplos más claros de cómo la falta de infraestructura afecta la salud de la población es el caso de la pandemia de COVID-19. Durante la segunda ola, la falta de plantas de oxígeno en los hospitales, una infraestructura crítica que debió estar presente según las normativas, resultó en la muerte de muchas personas. Neyra recuerda un incidente en el Hospital de Sullana, en abril de 2021, cuando 28 pacientes intubados murieron debido a la falta de oxígeno.
Además, la falta de equipos médicos esenciales, como tomógrafos, es otro ejemplo de cómo la deficiencia en infraestructura pone en peligro la vida de los pacientes. En el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), el principal centro de tratamiento de cáncer en el país, los tomógrafos no funcionan adecuadamente, lo que impide un diagnóstico y tratamiento oportuno para los pacientes oncológicos. Neyra señala que esta situación es inaceptable en un país que tiene los recursos para solucionar estos problemas.
La crisis en el sistema de salud también está exacerbada por la corrupción, según Neyra. Existen casos en los que la falta de funcionamiento de equipos médicos es deliberada, para beneficiar a centros privados que ofrecen esos mismos servicios. Este tipo de corrupción, dice Neyra, es una irresponsabilidad grave que pone en riesgo la vida de las personas.