En Montevideo, Uruguay, la Unión Europea y el bloque Mercosur han coronado un cuarto de siglo de negociaciones con un acuerdo comercial trascendental. El pacto, resultado de largas conversaciones diplomáticas, promete transformar el panorama económico internacional.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó el acuerdo como un “hito verdaderamente histórico”. El convenio abarcará un mercado de 780 millones de personas, representando casi una cuarta parte del producto interno bruto mundial.
Las empresas podrían beneficiarse significativamente, con potenciales ahorros de 4.260 millones de dólares en aranceles anuales. El acuerdo eliminará barreras para productos como vino italiano, bistec argentino y naranjas brasileñas.
Tensiones y Desafíos Políticos
Francia mantiene una postura crítica, con el presidente Emmanuel Macron declarando el acuerdo “inaceptable”. El gobierno francés exige garantías adicionales para agricultores y compromisos de desarrollo sostenible.
Para bloquear el pacto, Francia necesitaría el apoyo de tres estados miembros que representen al menos el 35% de la población europea. Países como Austria, Bélgica, Italia, Países Bajos y Polonia comparten preocupaciones similares.
Von der Leyen prometió impulsar 60.000 empresas mediante procedimientos aduaneros simplificados y acceso preferencial a materias primas, contrarrestando potenciales importaciones chinas.
Reacciones Internacionales y Perspectivas Económicas
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, celebró un texto “moderno y equilibrado” que reconoce las credenciales ambientales del Mercosur. La Agencia Brasileña de Promoción Comercial espera un incremento de 7.000 millones de dólares en exportaciones.
Líderes como el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente español Pedro Sánchez saludaron el acuerdo. Scholz destacó beneficios para el sector automovilístico, mientras Sánchez lo describió como un “puente económico sin precedentes”.
El pacto representa el primer acuerdo comercial significativo para Mercosur, que incluye Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, marcando potencialmente una nueva era en las relaciones comerciales internacionales.