El ciudadano del distrito de Chucuito, Marcos Ramos y el investigador español de la Universidad Complutense Madrid, Ignacio Gallardo; vienen trabajando en la investigación sobre el origen de la danza Choquela, para que sea reconocido como patrimonio cultural de la Nación.
Según las declaraciones de Ramos, se ha solicitado a la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno para que esta danza sea reconocida; sin embargo, al momento no se ha logrado alcanzar esta meta, manifiesta que la denominación para ser declarada como patrimonio sería; “Choquelas aymaras para el mundo andino”.
Destacó la riqueza cultural de las danzas en esta localidad; además de anunciar la intención de elaborar un rodaje al término de la investigación que viene desarrollando Ignacio Gallardo.
Por su parte, el investigador español Ignacio Gallardo de la Universidad Complutense de Madrid, sostuvo que la danza del Choquela se refiere al chaku de la vicuña, y probablemente sea de origen prehispánico, dato que aún se debe confirmar, pues al momento se encuentra en medio de esta investigación.
“El trabajo que estoy elaborando es la historia y cosmopolita del Choquela, el significado propio de la palabra y también de la historia de la danza, haciendo una etnografía de la danza, la parte musical y los textiles”, expresó a través de Valgan Verdades de Pachamama Radio.
Detalló que esta es una danza muy antigua y que presentan algunas diferencias en las comunidades que la bailan; por ejemplo, en algunos lugares los canticos son interpretados por los varones y en otras comunidades los canticos lo realizan las mujeres; al igual que los detalles de la vestimenta y decorados.
Explico que aún no se define en su investigación el origen de la danza, presentando una complicación histórica; no obstante, resaltó que a pesar de las diferencias territoriales existe una influencia de la danza alrededor del Lago Titicaca en Perú y Bolivia.
Finalmente el investigador indico que se ha logrado un avance significativo y agradeció el cariño de la población aymara por recibirlo y acogerlo en sus viviendas, permitiendo compartir sus costumbres y cultura.