jueves 16, octubre 2025
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Lampa cumple 200 años y enfrenta abandono pese a su legado inca y colonial

Lampa conserva rituales andinos y estructuras incaicas poco investigadas que muestran una continuidad cultural vigente desde tiempos preincaicos hasta la actualidad

Bicentenario de Lampa refleja el olvido de su legado cultural y evidencia la urgencia de valorar su historia para conservar el patrimonio de la región altiplánica

Lampa, celebra su bicentenario en medio de un profundo abandono que preocupa a sus habitantes y pone en riesgo su invaluable patrimonio histórico y cultural, así lo advierte el antropólogo José Pelayo Barrionuevo Delgado, quien resalta que Lampa fue capital regional por 350 años y su nombre ancestral significa “lugar donde emerge la luz”.

Esta ciudad no solo destaca por su antigüedad republicana, sino porque fue parte esencial del Tahuantinsuyo al ubicarse en el Collasuyo, la zona que los incas consideraban la cabeza de su imperio, lo que la convirtió en un punto estratégico para la nobleza incaica y para la administración colonial posterior.

Barrionuevo Delgado explica que familias de la nobleza inca, especialmente los curacas de las panacas, se asentaron en Lampa y se establecieron al inicio de la conquista española, marcando así la continuidad de tradiciones ancestrales en la zona.

La cosmovisión inca se refleja en las comunidades de Lampa, donde el sur era visto como el norte y viceversa, por eso las comunidades Anansaya y Urinsaya mantienen esa herencia en su organización territorial, con el Urinsaya al norte y el Anansaya al sur, según detalla el antropólogo.

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En el centro histórico de Lampa, se ha identificado un vórtex electromagnético de gran poder, ubicado en la antigua huaca principal, que fue reconocido por los primeros españoles llegados en 1534, quienes no eran soldados, sino personas con conocimientos especializados y que convirtieron a Lampa en una urbe principal desde sus inicios.

Durante la colonia, Lampa tuvo un papel directo en la rebelión de Túpac Amaru II, ya que cada año ochocientos lampeños eran enviados a las minas de Potosí en condiciones que Barrionuevo describe como esclavitud, un hecho que la población recuerda especialmente cada 18 de mayo, fecha del aniversario de la muerte del líder indígena.

En la comunidad de Huayta, Lampa alberga un complejo arquitectónico incaico con chullpas que, según el antropólogo, es más completo que el de Sillustani, aunque actualmente se encuentra destruido y abandonado, con solo una de trece chullpas importantes aún visible, situación que requiere atención urgente de las autoridades y de las universidades para su investigación y conservación.

La llegada de los conquistadores trajo consigo la destrucción de muchos saberes y tecnologías incaicas en Lampa, lo que ha provocado la pérdida de información valiosa sobre la historia y el desarrollo de la región, afectando el conocimiento actual sobre su verdadero legado.

A pesar de estas pérdidas, Barrionuevo Delgado destaca que en Lampa aún se mantiene vivo un ritual incaico dedicado a la producción de la papa, que se celebra cada año desde 2007 y que también honra la crianza de camélidos y la siembra de granos como la quinua, mostrando la vigencia de la cultura andina en la vida cotidiana.

El profesional indica que la trascendencia de Lampa va más allá de sus 200 años republicanos, ya que su historia se remonta a tiempos preincaicos y su rol como capital regional la convirtió en una de las ciudades más importantes del país durante el Virreinato, por lo que Barrionuevo Delgado insiste en la necesidad de valorar y proteger este legado para las futuras generaciones.

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