El editor general de La Encerrona, Jonathan Castro, alertó sobre el deterioro constante y peligroso de la libertad de prensa en el Perú, donde las agresiones físicas, demandas por difamación y hostigamiento de grupos radicales aumentan diariamente, situación que se agrava en regiones donde periodistas trabajan sin respaldo institucional.
Castro explicó que los ataques provienen de distintas fuentes, mencionando las agresiones de grupos como La Resistencia en Lima que acosan periodistas e intentan robar equipos de trabajo, siendo él mismo víctima de intento de robo de cámara durante grabación.
Las demandas judiciales contra comunicadores se incrementan notablemente según Castro, quien indicó que muchos colegas enfrentan procesos serios por difamación, mientras la precaria situación económica dificulta afrontar juicios y apelar sentencias contra periodistas de investigación.
El editor calificó de completamente inusual que periodistas hayan ido a prisión por denuncias de difamación, situación que ocurre pese a que la Corte Suprema estableció protección especial para hombres de prensa y tolerancia política hacia críticas periodísticas.
El gobierno obstaculiza el trabajo periodístico negando solicitudes de información amparadas en la Ley de Transparencia, mencionó Castro el caso de rutas de desplazamiento de Dina Boluarte, información declarada reservada antes de ser entregada a medios solicitantes.
Castro observó que autoridades incentivan ataques contra la prensa, comentando el caso del alcalde de Ate Vitarte, Franco Vidal, quien tendría pandilla digital que ataca periodistas en redes sociales publicando información personal como fichas del RENIEC con direcciones domiciliarias.
El periodista mencionó que el alcalde de Lima incentiva a seguidores para atacar comunicadores, prácticas que Jonathan Castro considera nefastas contra la ciudadanía y democracia peruana, generando ambiente hostil para ejercicio de libertad de expresión y derecho a información.
Castro afirma que el rol del periodismo resulta más importante que nunca en el contexto actual, expresando que «somos los que tenemos que llevar y canalizar estas preocupaciones ciudadanas, cuando parece que a nadie más le importa la gente».
El periodismo independiente enfrenta crisis económica severa porque empresas evitan poner publicidad en programas políticos o sociales, prefiriendo anunciar en espacios de entretenimiento que no se metan en problemas, limitando financiamiento para investigación periodística especializada.
Esta situación se complica por trabas del Congreso y gobierno estadounidense al financiamiento de cooperación internacional, fondos importantes para medios de investigación según Jonathan Castro, quien considera que herirlos económicamente representa forma de atacar prensa independiente.
La diferencia de medios como La Encerrona radica en no tener accionista o empresario poderoso detrás a quien proteger, afirmó Castro, explicando que «el dueño es periodista que hace periodismo y los trabajadores somos todos periodistas».
Esta independencia permite investigar cualquier tema sin presiones de grupos de poder, característica fundamental para mantener objetividad periodística y servicio público de información veraz, contrastada y sin intereses económicos particulares que condicionen contenidos informativos o línea editorial.
Castro anticipa gran reto para la prensa en próximas elecciones generales por enorme cantidad de candidatos que podría hacer que periodistas se pierdan entre datos, advirtiendo que encontrarán «candidatos relacionados a mafias, grupos criminales, corruptos, sancionados».
La estrategia será centrarse en candidatos con mayores posibilidades de poder, indagando posiciones sobre temas fundamentales como leyes que favorecen crimen organizado o muertes durante protestas de 2022 y 2023, información relevante para decisión electoral ciudadana.
Para garantizar proceso electoral transparente, Castro considera fundamental que periodistas conozcan normas del proceso y estén atentos a denuncias ciudadanas sobre irregularidades en mesas de votación, ejerciendo función fiscalizadora que corresponde a medios de comunicación.
Los medios regionales como Pachamama Radio jugarán papel fundamental por despliegue local que permitirá informar incidencias en centros de votación y actividades de candidatos en zonas específicas, complementando cobertura nacional con perspectiva territorial especializada.
Castro propuso establecer red de colaboración entre medios independientes de Lima y regiones, comentando que «sería bonito que La Encerrona tenga red con ustedes, con otros medios», trabajo colaborativo para difundir agresiones locales a nivel nacional.
El editor considera su mayor habilidad la investigación, viéndose como contrapeso al poder político y económico, expresando que «eso es aquello en lo que siento que puedo aportar con solvencia, con solidez» para fiscalización democrática permanente.
Castro sugiere que el aporte de la prensa a gobernabilidad debe hacerse con cautela, fomentando diálogo entre especialistas, académicos y empresarios para plantear soluciones, sin que comunicadores planteen respuestas basadas únicamente en opiniones personales sin sustento técnico.
Jonathan Castro reconoció existencia de periodistas que realizan mal trabajo, generando desconfianza poblacional hacia la prensa, lamentando que «allí donde antes éramos bien recibidos por la gente, ahora muchas veces somos rechazados por ciudadanos comunes».
Finalmente, Castro felicitó trabajo de colegas regionales que laboran «contra todos y contra todo», sin equipos adecuados, sueldos decentes o pagando espacios propios, haciendo llamado a establecer redes de contacto para apoyo mutuo entre periodistas independientes.


