En la región de Puno, las fronteras se blindan contra el narcotráfico tras dos exitosas intervenciones policiales la semana pasada. Francisco Ninalaya, jefe de la región policial, detalló que se incautaron 430 kilos de clorhidrato de cocaína en la primera operación, con detenidos y vehículos involucrados. Una segunda intervención, aún en proceso, decomisó otros 100 kilos, ambos cargamentos se dirigían hacia Bolivia, para posteriormente ser distribuidos en el mercado internacional.
Ninalaya destacó que se reforzarán los controles en las carreteras para evitar el tráfico de estupefacientes. Con mayor presencia de personal policial, se aplicarán nuevas estrategias para estar un paso delate del crimen y lograr la captura de los delincuentes. Las rutas identificadas para el transporte de sustancias ilegales incluyen zonas de trocha y conexiones con el VRAE, Madre de Dios y Cusco, principales corredores del narcotráfico.
El jefe policial enfatizó que todas las fronteras de Puno serán supervisadas, no solo para combatir el narcotráfico, sino también la minería ilegal y el contrabando. “Las bandas emplean diversas modalidades y rutas, pero estamos preparados”, aseguró. Las autoridades continúan ajustando sus tácticas basadas en inteligencia para desmantelar estas redes criminales.
Estos trabajos de inteligencia se realizarán de forma más estricta, ya que delincuentes lograr ingeniar nuevas formas para poder realizar de manera exitosa el traslado de estas sustancias, acondicionando vehículos, camuflando paquetes, entre otras estrategias para intentar burlar a la ley.