El psicólogo Walter Tizón destaca la estrecha relación entre la salud física y mental, subrayando la importancia de conocer la procedencia de los alimentos y otros productos que consumimos diariamente, ya que su alto contenido de elementos químicos puede tener un impacto significativo en nuestras emociones y bienestar mental.
Según Tizón, el consumo de agua contaminada y otros productos químicos contaminantes puede provocar cambios en las células del cuerpo, lo que a su vez puede desencadenar una serie de problemas de salud mental, como depresión y ansiedad.
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En sus palabras: «Respirar aire contaminado significa llevar esa contaminación a nuestra sangre, lo mismo sucede con el agua y los alimentos». Este vínculo entre la contaminación ambiental y la salud mental es un tema crítico que merece nuestra atención.
Tizón también destaca que estudios realizados en Estados Unidos y Dinamarca han encontrado que las personas que respiran aire contaminado tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales en comparación con aquellas que respiran aire limpio. Esto subraya la importancia de abordar la contaminación ambiental como un factor que influye en nuestra salud mental.