Desde las cuatro de la madrugada, del día domingo decenas de vendedoras tradicionales de palmas ya ocupaban sus puestos en los exteriores de los templos para la celebración del Domingo de Ramos en la ciudad de Puno, enfrentando este año el cobro municipal por el uso del espacio en las afueras de las iglesias.
Francisca Chura, una de las comerciantes apostadas en las inmediaciones de la iglesia La Merced, manifestó que los funcionarios municipales anunciaron un cobro de 26 soles por puesto, tarifa que consideran excesiva para una actividad comercial que se desarrolla durante un solo día del año.
Las vendedoras ofrecen una variedad de palmas con diferentes diseños y adornos florales, cuyos precios oscilan entre cinco y siete soles, dependiendo del modelo y la elaboración, convirtiendo este comercio temporal en una importante fuente de ingresos para familias que preservan esta tradición comercial vinculada a la festividad religiosa.
«Años pasados no se cobraba, pero ahora dice que nos va a cobrar», comentó Francisca mientras atendía a los feligreses que salían de la misa matutina, destacando cómo esta nueva disposición municipal modifica una práctica que históricamente se había desarrollado sin gravámenes para las vendedoras tradicionales.
La preocupación aumenta entre las comerciantes debido a que el nuevo cobro podría afectar su rentabilidad, especialmente si no logran vender la totalidad de su mercadería durante las horas de mayor afluencia de fieles a los templos.
Este comercio temporal, característico del inicio de la Semana Santa, representa para muchas familias puneñas una oportunidad de ingreso adicional que ahora se ve amenazada por regulaciones municipales que, según las vendedoras, no consideran la naturaleza efímera de esta actividad comercial vinculada al calendario religioso.
A pesar de las dificultades, las comerciantes continúan ofreciendo sus productos a los asistentes a las ceremonias religiosas, invitando a la población a acercarse a los puestos ubicados en los exteriores de la iglesia La Merced, donde promocionan sus palmas como una alternativa económica para quienes desean participar en la tradicional bendición.


