En medio de preocupaciones crecientes, se cuestiona la capacidad de las fuerzas armadas para erradicar los remanentes del terrorismo que han evolucionado hacia el narcotráfico y que recientemente cobraron la vida de cuatro miembros de esta institución.
El jurista Fredy Vilca describe a estos grupos como una “banda armada adscrita como sicarios del narcotráfico”, alejados de cualquier ideología política y enfocados en su supervivencia. Sugiere que podría haber conexiones significativas entre las fuerzas armadas y elementos del narcotráfico.
Juan Barrios propone una estrategia alternativa: la legalización de drogas. Argumenta que la prohibición solo ha enriquecido a los grandes carteles del narcotráfico y que los remanentes del narcotráfico están protegidos por los senderistas.
Barrios también insinúa que dentro de las fuerzas armadas existen intereses en mantener el conflicto debido a los considerables presupuestos asignados a esta tarea.